Porque te extraño a morir...

Mi querido Sr. León:

No hay palabras ni motivos para perdonarme.

Lo siento.

miércoles, 6 de febrero de 2019

Santa Lucía.

Hola, León:

Esta semana tuve una epifanía de las feas. De esas epifanías que me llevan a pensar si tenía mucho en común contigo o no tenía nada. Luego, pensé: "me hiciste a tu imagen y semejanza".
Así que, ahí estaba lidiando con las tontas publicaciones del cuernudo de mi ex novio. Ése al que yo engañaba con "Reserva", como lo nombramos (tu y yo).
Imagen relacionada¿Qué hacemos? Este es el asunto: Cada vez que le sucede algo nuevo o feliz al imbécil ese, me busca.
Entonces pensé. Yo soy ésa imagen repetitiva que llega a ti cada vez que algo nuevo o feliz me sucede. Como el oleaje, siempre vuelvo a tu playa. 
Y ahí estaba con las notificaciones y publicaciones de este imbécil, revisando que se casó, que tiene un hijo pequeño y que me sigue buscando. ¿Por qué no simplemente vive su vida y se convence de ser feliz como supuestamente es?
Pero no, ahí sigue fastidiándome.
Como yo, fastidiándote. ¡Ay, Dios! Y yo pensaba, "¿no entiende que el silencio es otra forma de respuesta?".
Y sigue, ahí, molestándome toda esta actuación. Y yo sigo con mis sentimientos por ti. Doliéndome. Fastidiándome. Fastidiándote.
Pero son mis sentimientos, porque lo peor que me pasa, es que perdí a mi mejor amigo, a mi único confidente que sigue la corriente de mis estúpidas locuras. Pero ya estoy vieja, ya no estás tú. Te he perdido, mi querido amigo; he pensado que la única persona que no quiero dejar nunca de seguir es a ti.
Y eres esa historia que quisiera restregarle en la cara a ese imbécil, contarle lo maravilloso que fue mi vida junto a ti, lo lejos que llegamos, lo lejos que jamás llegaría con él. ¿Sabes en donde me pondría? Me pondría a mí en tu lugar, y a él, en el mío. Justo como estamos TU Y YO AHORA. Tú, ignorándome, y yo, buscándote como una ciega por toda la eternidad. Santa Lucía, ruega por mí.

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