¡Hola, hermosa!

Subía al carro para terminar de maquillarme y, al terminar, me enviaba un beso a mi misma. 

Sr. León, mi vida:

Ya no obtuve ninguna respuesta de tu parte. ¿Ya es tan tarde? 

Pensé que podrías haberme contestado alguna vez. Sólo quiero recuperarte. 

Tanto he pensado en ti, en tu cuerpo, tus besos y tus palabras... ¿Hasta dónde puedo llegar con este dolor? 

How long will you suffer? 

Hubo un concierto de Arjona en el Auditorio Nacional en estos días, ¿recordaste nuestra canción? 

¿Nos dejarás morir sin saber hasta donde pudimos ser felices juntos? 

Y para colmo de males, todo lo que me ha estado pasando en los últimos días, la verdad no se lo deseo a nadie. 

Incluso, llegué a temer por mi vida. ¡Y eso que me quiero morir! 

Luego, me doy cuenta que no me gusta para nada la mujer que veo todos los días frente al espejo. Leo este artículo de Cosmopolitan que me aconseja a mandarme un beso cuando me vea en el espejo para subir la autoestima. 

Tal vez eso mismo me hacia sentirme bella. La forma en que yo me veía a mi misma porque tu me ayudabas con eso. 

Después de la odisea sexual en las mañanas, justo después de bañarnos, era la hora de salir al auto para ir a trabajar. 

Aunque no iba completamente arreglada, terminaba en el auto. 

Subía al carro para terminar de maquillarme y, al terminar, me enviaba un beso a mi misma. 

Tu respondías: ¡Hola, hermosa! Yo continuaba justo en ese momento dispuesta a besarte en la boca. 

Tu hermosa y delgada boca. 

Seguir de frente hasta mi trabajo, para darte otro beso en la boca antes de cerrar la puerta y verte partir a tu trabajo. 

Esperar hasta las 5:00 pm para que vengas por mi, besarte en la boca para saludarte y llegar a casa.