Recordado y extrañadísimo Sr. León:
Cada vez que pienso en lo que yo quiero, cometo el error de pensar que es humanamente incorrecto lastimar a alguien.
Lo único que me alienta a hacerlo es pensar que contigo s̸o̸y̸ t̸a̸n̸ i̸n̸m̸e̸n̸s̸a̸m̸e̸n̸t̸e̸ f̸e̸l̸i̸z̸ q̸u̸e̸ s̸i̸e̸n̸t̸o̸ q̸u̸e̸ n̸a̸d̸a̸ m̸a̸s̸ i̸m̸p̸o̸r̸t̸a̸ era tan feliz...
Sin importar lo mucho o poco que hubiéramos vivido y compartido física y espiritualmente.
Sin embargo, sé que te lastimé. Sé que al haber huido de ti, me lastimé y mi corazón lo ha resentido.
Ya no duele tanto, pero siento este hueco donde es difícil respirar y vivir sin ti.
No puedo olvidarte y no puedo dejar de pensar que nuestro lugar es uno junto al otro.
No puedo imaginarme ser feliz sin recordar tus palabras, cuando me dijiste que al volver hacia donde eras feliz, estaba yo.
De todas las decisiones que he tomado en mi vida, la que más me ha gustado es aquella me me hizo subir a un camión directo hasta ti. Hasta donde me tuviste entre tus brazos y me recibiste con un ramo de flores. Las últimas flores de mi vida.
Y fuiste el último que haya hecho esa pregunta que, a cualquier preparatoriano le haya hecho un vuelco en el estómago, si yo quería ser tu novia.
Nos recuerdo sobre la cama, tu abrazado a mi, sobre mi. Tomaste con tus manos mi cabeza para besarme en la boca. Tan dulce y tan tierno.
Cerramos los ojos para conectar nuestras almas y las lenguas en un beso largo y profundo; hasta dejarme sin respiración.
Comenzaste una hilera de besos entre mi boca y mi cuello. Me estremecía debajo de ti. Te abrazaba fuertemente, masajeaba tu espalda, queriéndola arañar para quedame contigo entre mis dedos.
Sin querer dejar de besarte, te dije que si. Abriste los ojos y sonreíste como tonto, como yo.
Volvimos a los besos eternos y tus manos bajaron hacia mi espalda, aprisionandose entre mi cuerpo y el colchón. Pero arqueaba mi cuerpo para dejarlas correr entre mi cuello y mis piernas.
Me recorriste completa y lentamente. Subías y bajabas tus manos blancas en mi cuerpo pasmado de ti.
Cada beso era una gota de agua para calmar la sed que mi alma sintió de por vida hasta el momento en que llegaste a mi vida en un auto rentado.
En ese auto rentado en esa única vez que estuviste en el mismo espacio que siempre fue mi espacio.
Pero éramos sólo tu y yo en tu habitación. Estrenándonos como novios y dejando salir al animal que cada uno tenía por cuerpo.
Así dejaste satisfecho mi cuerpo. Así llenaste mi alma.
Cada movimiento de nuestros cuerpos al hacer el amor se volvían una chispa de fuego que se avivaba en cada beso, en cada gemido, entre mis manos que recorrieron tu cuerpo desde el cuello hasta tus muslos. ¡Me encantó!
Sólo de recordarlo trato de tranquilizar mi cuerpo que se enciende de fuego y brasas sin ti.
Sigo pensando que eres mi adicción. Mi dulce adicción.
Quiero elegirte hoy y mañana también.
Cada vez que pienso en lo que yo quiero, cometo el error de pensar que es humanamente incorrecto lastimar a alguien.
Lo único que me alienta a hacerlo es pensar que contigo s̸o̸y̸ t̸a̸n̸ i̸n̸m̸e̸n̸s̸a̸m̸e̸n̸t̸e̸ f̸e̸l̸i̸z̸ q̸u̸e̸ s̸i̸e̸n̸t̸o̸ q̸u̸e̸ n̸a̸d̸a̸ m̸a̸s̸ i̸m̸p̸o̸r̸t̸a̸ era tan feliz...
No hay comentarios:
Publicar un comentario