Porque te extraño a morir...

Mi querido Sr. León:

No hay palabras ni motivos para perdonarme.

Lo siento.

jueves, 30 de agosto de 2018

La tentación

Me pasa como muchas veces, que siento que debo hablarte.
Pienso en tus (taladrantes) palabras: "Volteé hacia donde era feliz y ahí estabas tú".
He encontrado la manera de encontrarte (de saber un poco más de ti) sin hallarte disponible.
Ni siquiera sé qué pensar acerca de mí.
Ayúdame, sálvame.
No quiero encontrarte. Cambié de teléfono pensando que era una cuestión de equipo, pero es el silencio lo que lo mantiene inactivo.
Me he encontrado a mí misma inactiva. Inmóvil. ¡Cómo me encantaría contarte tantas cosas que he visto, las cosas que he visto, las sensaciones que he experimentado!
Pero no estás.
Por otro lado, vi que reactivaste tu perfil de Facebook. Lo reactivaste, cambiaste tu foto de perfil y luego me bloqueaste. Espero que hayas visto los mensajes que dejé disponibles para ti.
Es gracioso, lo sé. Y sé que sabes que eran mensajes para ti.
Porque sí.
Entonces, por un par de días fui "feliz". ¿Por qué? Porque me di cuenta que soy lo suficientemente importante como para bloquearme... O tan ilusa que soy y me creo mis propias historias.
Pensé, pensé y pensé. Por favor, dime qué hacer.
Debo admitir que me di por vencida por un tiempo, intenté ser feliz con lo que tengo, repitiéndome que la felicidad es una actitud, que es un trabajo por el cual ejercer una guerra diaria y cualquier otra clase de pendejadas que se te ocurran del nivel de Miguel Angel Cornejo.
Luego, leí el libro que temí por muchos años leer. "El camino de las lágrimas" tampoco tuvo las respuestas que necesitaba, pero me acercó bastante al camino.
La semana pasada murió mi abuela. Esta vez no sentí que me desgarraba, lo he llevado mejor.
Sigo sin sentirme plena, ¿por qué?
Te confieso que me siento completa, me siento "bien". Podría enfrentar cualquier cosa, en eso puedo decir que tengo plena confianza en mí.
Podría correr hacia donde sea, huir de aquí. Aún cuando creas que la huida no es la respuesta.
Pero lo que no siento es voluntad para hacerlo. Mi alma está mutilada, como si le faltara algo tan importante como las alas para despegar de una vez. No veo mi voluntad.
¿Qué hacer? ¿Cómo encontrarte?
Reset.

La tentación de encontrarte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario