"Es remordimiento", me respondió mi mamá cuando le dije que tengo esta locura y esta ansiedad provocada por todo lo que ignoro y sé de ti.
La ansiedad y estas locas ganas de encontrarte en donde sea que estés, es simple remordimiento. Lo que no puedo perdonarme y que, tal vez, tú ya olvidaste.
¿Puedes vivir con ello? Yo no.
Donde sea que estés, yo sé que puedo encontrarte. Te encontré sin conocerte, sin saber que eras tú a quién tanto buscaba y buscaría en el futuro de mi vida. Ahora, pasado. Pero te encontré. ¿Qué te hace pensar que puedes vivir escondido de mí? Puedes correr, pero no esconderte.

Me gustaría que no pareciera una amenaza, pero no logro plasmar estas palabras de alguna manera más delicada. Sólo así: Te extraño y te encontraré siempre que te busque.
Me atormenta que de cuando en cuando llegan a mí las ganas de encontrarte, de saber dónde estás, con quién, cómo. Alucino con la idea de encontrarte solo. ¿Dónde estás?
Ese es la premisa que más me atormenta. Y créeme, no es el hecho de ignorar los datos que encuentro, son los detalles que desconozco lo que me alteran. Acaso estás tomando un café en la sala de tu casa, tal como si estás viendo la televisión con los zapatos puestos, sobre la cama; o quizás vagando para ir a dar un curso. "Los cursos".
Y mi historia volver tuya; y la tuya, mía.
¿Cómo vives con todo esto? ¿Cómo vives con tu presencia presente en tu vida y ausente en la mía? Te lo exijo, te lo imploro. "Ya sé todo de tu vida, y sin embargo, no conozco ni un detalle de ti."
Odio esto, las canciones (m)atan...
No hay comentarios:
Publicar un comentario