Esta tarde lluviosa, recordé muchos de los momentos en que la lluvia se hizo presente en nuestros días juntos.
Primero, todo mundo nos decía "estas lluvias atípicas" como si no hubiera otra forma de describir las lluvias que sucedían en la Ciudad.
Segundo, el día de la mudanza. El viaje se me hizo eterno hasta llegar a la casa. Ahí no quería bajar del carro por miedo a que hubieran animales en el jardín. Tú estabas muy enojado porque la casa parecía estar infestada de cucarachas. Decidiste que fuéramos a dormir al hotel.Otra vez ese hotel.
Tercero, la lona azul que se rompió en el patio trasero. Fue más tardado el tiempo que te llevó ponerla que el tiempo que duró en el patio. Se doró con el Sol y la lluvia terminó de destruirla cual picadillo.
Era cómico ver el agua con esos pedacitos como confeti azul flotando en el agua del patio.
Cuarto, me dan ganas de salir corriendo con mi detergente a la calle.
Hay tantas cosas qué recordar acerca de ti...
Me duele recordarte, pero todavía no sé cómo olvidarme de ti.
Lo siento mucho, pudiera salir corriendo justo en este momento a tu lado.
La diferencia es que, ahora no sé dónde es eso.
Te extraño, León.
Lo que daría por besarte mientras duermes, aunque te despiertes enojado.
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