Porque te extraño a morir...

Mi querido Sr. León:

No hay palabras ni motivos para perdonarme.

Lo siento.

sábado, 30 de enero de 2016

Una llamada, un chat, un mensaje, una palabra...


Mi querido León.

¿Qué estoy haciendo? Hoy estuve cenando con mi familia y de pronto, sin querer, dije tu nombre. Mi mamá me vio directamente a los ojos, pero rápidamente recapacité acerca de lo dicho y lo callado.
¿Qué me pasa? Hoy tuve uno de esos días en los que no quiero que el teléfono suene, que el carro se quede estacionado en donde está y que la gente esté estática, que no se muevan, que el tiempo no pase más. 
Volví a escuchar las canciones que seguramente tú ya no escuchas. "Porque las canciones atan".
Tengo a mi lado izquierdo los dos discos que me regalaste el día que me fui. ¿Para qué los querías? En realidad, no los querías. No quiero tocarlos, no quiero verlos, no quiero oírlos... Pero en todos lados estás... Tú, como siempre, tú.
Y mientras conducía de regreso a esta silla, a esta computadora, venía pensando en lo fácil que podría ser llamarte. Quizá no del modo convencional, pero al final, llamarte.
Pedirte que me contestes uno o dos o veinte mensajes, un chat... Enviarte un mensaje o cien.
Que las palabras sean más de dos letras, que las palabras sean complejas y gratas, el motivo para correr, aún con tacones, correr... Aún con el frío del invierno, correr. Aún con vestido y el cabello suelto, correr. Con mil pesos en la bolsa, correr... Correr, huir.
¿Qué pensarías si te hubiera contado de la travesía que tuve hoy que lidiar con el carro?
Otra vez estoy triste, enojada, harta, decepcionada y llena de asco. Esta vida es un asco.
Y otra vez estoy tratando de llamarte, de saber de ti, de llenarme de dos minutos de ti, sweet addiction.
¿QUÉ HAGO SIN TI EN ESTE MUNDO? ¿CÓMO PUEDO SENTIR QUE ME FALTAS SI NUNCA TE HE TENIDO REALMENTE? ¿CÓMO PUEDE LA MEMORIA SER TAN CRUEL Y NO DEJARME VIVIR EN PAZ? ¿CÓMO? ¿CÓMO SALGO DE LAS MEMORIAS INEXISTENTES?


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