Hola, mi vida.
Leí el último mensaje de correo que tengo guardado tuyo. No me atrevo a pensar que es el último que recibí porque no estoy segura si borré o borraste alguno. No lo recuerdo. Tampoco me había atrevido a re-leer los mensajes.
En éste, tú me decías que nunca actué. No hice nada por regresar a ti. Y no, no esperabas que huyera otra vez.
Solo quería decirte que me estaba preguntando por qué no hice, por qué no actué. No hay una respuesta concreta. Solo sé que el miedo que le tengo (a él) es mayor que todo lo que yo haya sentido en mi vida.
Y sigo paralizada de terror.
Sálvame.
Sálvame, por favor. Te lo suplico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario