-Disculpe, ¿qué calle es esta?
Me acerque al joven para enseñarle el mapa de la colonia mientras le decía el nombre de la calle en la que estábamos.
Una vez que hubo visto el mapa y comparó el suyo con el mío, se dispuso a seguir su camino.
- ¡Qué rico huele! Muchas gracias.
Sonreí.
- De nada, buen día.
Era la tercera vez en el día que me hacían algún comentario acerca de mi perfume.
Querido Sr. León:
Soy un centauro en celo que expira su aroma a todo mi alrededor.
"Hueles a sexo, a dulce y sexo."
Esas eran tus palabras. Mi madre, en cambio, dijo que yo olía como el pasillo de dulcería *******. En cierto modo, ambos coincidían en que el olor es dulce.
Este es mi olor ahora y no quiero cambiarlo porque temo que un día pueda encontrarte en el mismo camino que yo, de ese modo podrías reconocerme a unos pasos de ti.
Por mi olor.
El mismo olor que te llevó a arrancarme los pantalones mientras lavaba los trastes de la comida en la cocina.
El mismo olor que deseabas conocer desde tiempo atrás, cuando sólo éramos otros personajes de Santa Lucía de Miguel Rios.
Recuerdo que subí a la combi para ir a mi casa. Ya era de tarde, quizás como las 4 ó 5. Sin poder precisar si era lunes o era viernes, sólo recuerdo que al escuchar la canción, pensé en ti.
Entonces, saqué mi celular de mi mochila y te escribí para anunciarte que esa sería nuestra canción. Tú sólo contestaste que eso no debía ser, porque tener una canción ata a las personas.
La verdad, ya anhelaba estar atada a ti.
Y te adjudique la estrofa:
La primera vez pensé "se ha equivocado"
La segunda vez no supe qué decir.
Las demás me dabas miedo, tanto loco que anda suelto...
Y me adjudique lo siguiente:
Y ahora sé que no podría vivir sin ti.
No hay comentarios:
Publicar un comentario