Porque te extraño a morir...

Mi querido Sr. León:

No hay palabras ni motivos para perdonarme.

Lo siento.

jueves, 3 de marzo de 2016

Créemelo

Tanto tiempo disfrutamos de este amor 
nuestras almas se acercaron tanto así 
que yo guardo tu sabor 
pero tú llevas también, sabor a mí. 
Si negaras mi presencia en tu vivir 
bastaría con abrazarte y conversar 
tanta vida yo te di 
que por fuerza tienes ya, sabor a mí. 

No pretendo, ser tu dueño, 
no soy nada yo no tengo vanidad 
de mi vida, doy lo bueno, 
soy tan pobre, qué otra cosa puedo dar. 

Pasarán más de mil años, muchos más 
yo no sé si tenga amor, la eternidad 
pero allá tal como aquí, 
en la boca llevarás, sabor a mí.

Sabor a mí. Álvaro Carrillo

Querido León:

Espiarte no es suficiente. No es la misma aventura. No es la misma aventura si no te enteras y si no estás para corroborar, corregir y ser cómplice de mis locuras infinitas.
Pasé una semana agradable. No lo niego. Pero sigo sintiéndome vacía. En mis silencios, me da por gritar tu nombre y siento que esto es lo que pasa: TÚ ME FALTAS.
Lo sé. Es absurdo, incoherente, ilógico, hipócrita e innecesario. "No serás tú quien olvide mi nombre otra vez", puesto que ya me has olvidado. 
Voy comprobando, día a día, que lo contrario del amor no es el odio, si no el olvido. El silencio.
¿Cómo liberarme del silencio que me esclaviza?
Llega a mi mente esa vez que viajábamos a casa de tu mamá. Todo el camino platicamos. Casi al llegar, te dije: "Hace mucho tiempo que no viajaba con alguien platicando tanto"... Tanto que me falta por decirte. Tanto que quiero contarte.
Pero, sigo empeñada en cumplir mis objetivos a costa y pesar de quien sea. Incluyéndome.
Seré y haré esto y aquello por mí, aunque no estés para constatarlo y atestiguarlo. Ojalá en el camino nos encontrásemos y te presente a mis hijos. Los que no serán nuestros. 
Decidí dejar de enviarte correos, desde el último que te envié ante un arranque de desesperación. Te entiendo. De verdad, te entiendo. No sabes... Pero sí te entiendo.
Será tal vez el clima que me pone un poco melancólica, estas lluvias atípicas, o el frío de invierno que aún no se va... Pero te he extrañado mares... ¡Te he deseado tanto!
Y aquí, donde estoy, en este lugar del mundo que yo elegí, sigo sintiendo tu sabor, tu calor, tus besos y soñando que allá tal como aquí, en la boca llevarás, sabor a mí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario